Devocional semanal 6-13-22 Por Oscar Lekse
La Majestad del Señor es Evidente en toda la Creación
¿Qué es el hombre que a Dios le importa?
Salmos 8
1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; 2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, 4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? 5 Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. 6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: 7 Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, 8 Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Cuando miramos a nuestro alrededor la inmensidad del universo, y consideramos las estadísticas y las cifras que los astrónomos nos dan sobre sus millones de galaxias, sobre nuestro mundo siendo solo un pequeño fragmento, una pequeña mota de polvo en la totalidad del universo, seguramente, nos sentimos tan pequeños, tan insignificantes, tan débiles e indefensos. Y, sin embargo, estas hermosas palabras que leí revelan que Dios no mide todo por tamaño o por dimensión, que hay otra escala de valores con Dios. Y que en esa escala de valores nosotros, Sus criaturas humanas, somos extremadamente valiosos. De hecho, el Señor Jesús mismo nos dijo que un alma humana vale más a los ojos de Dios que todo el universo. ¿No es eso una palabra de aliento y consuelo? No somos solo una pequeña mota en algún lugar del espacio. En muchos sentidos, somos los mismos objetos de la preocupación y el cuidado especiales de Dios. Él se preocupa por nosotros. Él nos ama. Él conoce nuestra debilidad y nuestra fragilidad, pero no nos desprecia. Él no nos rechaza. Él tiene un lugar especial en Su universo para el hombre, Su creación, y puedes encontrar ese lugar si lo buscas y puedes conocer el consuelo de Su amor. (De un artículo de Derek Prince)
Me gustaría añadir esto
En este himno de alabanza en el Salmo 8, vemos que David se maravilla de la majestad del Señor. Dios es indescriptiblemente grande. El hombre, por el contrario, es patéticamente pequeño. Sin embargo, Dios ha conferido una tremenda gloria y honor al hombre.
La majestad del Señor es evidente en toda la creación, si una persona sólo tiene ojos para verla. Cada área de las ciencias naturales se une a la evidencia de la sabiduría y el poder del Creador. Los planetas, las estrellas, el universo ilimitado dan sólo una visión parcial de cuán grande es dios realmente. Sin embargo, los hombres sofisticados se encogen de hombros ante la evidencia como si no existiera. ¡Qué tonto de ellos!
Ninguna rama de la ciencia proclama la grandeza de Dios y la insignificancia del hombre de manera más elocuente que la astronomía. Mirar a los cielos por la noche debe darnos grandes pensamientos acerca de Dios. ¡La luna y las estrellas son obra de Sus dedos! Cuando pensamos en el número infinito y la variedad de estrellas, en las vastas distancias en el universo y en el poder que mantiene a los planetas en órbita con precisión matemática, aturde la mente.
En términos relativos, el planeta tierra es una mota de polvo en el universo. En comparación, si esto es así, ¿qué es un solo hombre encaramado en este planeta? Sin embargo, Dios está interesado en cada individuo. Él tiene una preocupación personal e íntima por cada ser humano. Él hizo al hombre a Su propia imagen y semejanza. Aunque inferior a Dios, el hombre comparte con Él algunas facilidades que no son compartidas por ningún otro orden de creación en la tierra. Todo lo que Dios hizo fue declarado como bueno, pero el veredicto sobre la Creación del hombre fue “muy bueno”.
En el cierre: Los versículos 6 al 8 nos dicen que como representante de Dios en la tierra, al hombre se le dio dominio sobre todo tipo de animales, aves, peces y reptiles. No había nada que no se pusiera debajo de él. Pero el escritor de los Hebreos nos recuerda que no vemos al hombre disfrutando de esta influencia indiscutible en el tiempo presente (Hebreos 2: 5-9). Los perros ladran al hombre, las serpientes lo muerden, los pájaros y los peces lo eluden. La explicación es que cuando el pecado entró en el mundo a través de Adán, el hombre perdió su soberanía incondicional sobre la creación inferior. Sin embargo, el propósito de Dios sigue en pie. Él ha decretado que el hombre ciertamente tendrá dominio, y nada puede bloquear los propósitos de Dios. Entonces, aunque no vemos todas las cosas sujetas al hombre en este momento, sí vemos a Jesús, la única Persona por la cual el dominio del hombre eventualmente será restaurado. Cuando Cristo vino a la tierra, se volvió temporalmente más bajo que los ángeles para que como Hombre pudiera morir por la humanidad. Ahora Él está coronado con gloria y honor a la diestra de Dios. Algún día Cristo, el Hijo del hombre, regresará a la tierra para reinar como Rey de reyes y Señor de señores. En el Milenio, el dominio que fue perdido por el primer Adán será restaurado por el Último Adán (Cristo Jesús).
Luego, cerrando el Salmo en el versículo 9, ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Oscar
Oscar Lekse F/B – Señales de nuestros tiempos
www. EntendiendoTheSignsofOur Times
stevelampman.com / Poder Transformador; La obra de Dios en nombre del hombre