Devocional semanal 12-21-22 El maravilloso regalo de Dios para nosotros

Devocional semanal 12-21-22 El maravilloso regalo de Dios para nosotros

“1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. …. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:1-4; 14).

Qué declaración tan asombrosa; Dios, el creador del mundo, se convirtió en parte de Su creación. ¿Por qué haría tal cosa? Abordaremos la respuesta a esa pregunta a continuación, pero por ahora leamos el relato de Mateo de cómo Dios el creador se convirtió en parte de Su creación. Leemos: 18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es” (Mateo 1:18-20). Ciertamente, el origen de este bebé fue único, sin un padre  humano, nacido de la simiente de la mujer  (ver Génesis 3:15) y del Espíritu Santo, ningún otro ser humano ha sido concebido así. Este bebé, nacido de una madre humana y de Dios el Espíritu Santo era Dios en carne, el Dios-hombre. Esto abre la puerta a la respuesta de por qué Dios haría esto.

Nosotros los cristianos sabemos por qué, pero hay algunos de nuestros lectores que pueden no saberlo, así que nos llevo de vuelta al jardín del Edén, donde leemos sobre la creación de Dios de Adán y Eva y Sus bendiciones para ellos. Los colocó en un jardín donde caminó y habló con ellos. Tenían total libertad para hacer lo que harían, con una excepción, no debían comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Esto fue por su propio bien y protección. Pero, por desgracia, cuando fueron tentados por Satanás, tomaron del fruto y se separaron de Dios. Tomando de ese fruto prohibido, instantáneamente experimentaron la muerte espiritual. La comunión que tenían con Dios fue cortada y comenzó el proceso de muerte  física. Creados para vivir para siempre, ahora tenían una fecha de vencimiento impuesta sobre ellos (Ver Génesis 2:7-3:19).

La tragedia de esto es que su  condición pasó a su descendencia, a toda la raza humana. Leemos de Romanos 5:12-14 > 12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.”

Sin embargo, la buena noticia es que Dios no quería esto, amaba al hombre y quería que fuera restaurado a símismo. Continuando con nuestro pasaje en Romanos leemos: 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro” (Romanos 5:15-21).

La mala noticia es que el hombre quiso / no quiere esa restauración, el hombre ama las experiencias de su / nuestra naturaleza caída (Juan 3: 19-20) y este amor necesitaba ser / debe ser superado. Durante cuatro mil años Dios bendijo al hombre de muchas maneras, sin embargo, no se arrepintieron de su pecado, sino que adoraron y sirvieron a los dioses de su propia imaginación. Incluso creó una nación (Israel) con la que moró dándoles una estructura espiritual por la cual podían ser aceptables para Él, pero también se volvieron a otros dioses.

Pero la buena noticia es que 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17).

Este Hijo unigénito fue el niño que emanó a través de María cuando el Espíritu Santo dio vida a la semilla que estaba dentro de ella. La creencia en Él y el compromiso con Él superan el amor de aquellas cosas que son el resultado de la separación del hombre de Dios. Leemos de Efesios 2: 1-10 que este es verdaderamente el regalo de Dios para el hombre como el hombre no pudo y deseó / desea no apartarse del amor de esas cosas.  1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

El nacimiento del bebé que celebramos el 25 de diciembre fue y es Jesucristo, Dios en la carne, el Creador de todo lo que hay. Él es el Redentor de todos aquellos que se vuelven a Él en fe para el perdón de sus pecados. Algún día, tal vez pronto, seremos parte del coro celestial y cantaremos 12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza!” (Apocalipses 5:12). Esta Navidad recordemos por qué los “cristianos nacidos de nuevo” celebramos la Navidad; como debería hacerlo toda la humanidad.

 

Steve

 

stevelampman.com

Poder transformador; La obra de Dios en favor del hombre

 

 

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